Estatua del día. Ningún coche, ninguna bicicleta, ningún pájaro. Las nubes como la sombra de la estatua que este día es. Fotografía del fuego que comienza. Un árbol veo, amarillo y verde. Inmóvil. Como si estuviera viéndolo desde la mirada que sueña. Vamos caminando en este caminar silencioso, bajo la estatua del día. Son, en la luz, en la quietud de la ciudad, las 9 de la mañana o las cinco de la tarde. Las referencias no se han apuntalado en los brotes imperceptibles de este puente que surge: año nuevo. Y camino para comenzar.
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