
Nomás de paso. Nomás decir que luego regreso. Que ando girando en los conciertos que se me atraviesan. El 2 de octubre no se olvida. Entre otras cosas porque de noche nos subimos al barco de acordeones con el refrescante Manu Chao. Todos en el mismo barco y todos en el mismo oleaje. Con alegría, gozo y ráfagas amorosas al sentir el calor de los cuerpos brincando y saludando a gritos todo lo que somos y ahí, en Querétaro, pusimos a danzar. Ya contaré de ello, nomás me baje de la nube.
Y el miércoles pasado, 8 de octubre, acá, en el cielo con briznas de lluvia en la capital de Guanajuato, lugar de ranas que dejaron de croar para que Serrat nos dejara su voz y su sentido del humor espléndido y que me hizo llorar de tanta sonrisa y temblores por sus canciones y proverbios orientales.
Noches de mala vida, que siguen.
3 comentarios:
ME ha gustado mucho lo que dejas en tu blog.Que gusto que hayas estado en el concierto de Serrat,como me hubiera enCantado estar ahi.Ya hace un par de años anduve en Gto. y me muero por volver.Saludos.
Ya quiero leer tu reseña de los conciertos que de algun modo compartimos. Así que no te tardes...
Qué bueno que has regresado, ya se extrañaba leer algo de tí. Esperamos los que siguen, saludos.
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