El mal gusto de las confesiones

Este tipo de entradas en mi blog nada más hacen que mi prestigio en ciernes se aniquile. Pero no queda otra que contarlo. Puedo empezar diciendo que en estos momentos mi esposa está viéndole las nalgas a Pedrito Fernández. Se presenta hoy en el antiguo foro de la Feria, aquí en celaya. Pues como les decía, mi esposa, por 200 pesos, le esta viendo el trasero de repartidor de carnicería a Pedro “el mochila azul” Fernández, famoso cantante por aquella rola y película basada en la historia que cuenta dicha canción y que personifica Lucerito en el , también dicho, churro. No sé como le gusta a mi esposa ese cantante anunciador de detergentes. Me lo he preguntado. (Pero igual me preguntó un montón de cosas igual de inútiles: ¿qué onda con la capa de ozono, qué onda con la corrupción? o cosas como: ¿por qué Santiago Creel no quería reconocer públicamente a su hija, o qué pedo con el oso polar aparecido en Lost?)Pero le gusta y no hay más que pagarle el boleto y que Dios la acompañe. Tuve que llevarla hace un rato, junto con la niña M, a la fila interminable de como unos… 15 espectadores. No es verdad. Había más gente. Igual unos 100 o 150 espectadores, todos sordos como mi esposa. ¿Qué le ven a ese wey? Pero por lo menos hoy no se le cancela su show. Entre los agentes de seguridad, los mariachis y las bocinas ya no se sentirá solo. Y los poco más de 100 cristianos que van a padecerlo (entre ellos mi esposa querida). Mi esposa no quiso que la dejara ahí en la fila. Me dijo espérame gordo hasta que entre. Y pues ahí me quedé, viendo la cara de la gente (como supongo el Pedro mochilón se las ve a ellos de otra forma) entusiasmadísima por entrar y sentarse y corear “yo te aseguro que yo no fui” y “la de la mochila azul/ la de ojitos dormilones”, etc… (ya no sé cuál otra canta). En casa mañana no me la voy acabar mientras mi esposa esté lavando con el mismo detergente que el cantante, maletón azul, anuncia. Pondrá desde las siete de la mañana a funcionar las dos lavadoras que tenemos, para desgracia del recibo de luz, y la grabadora con los “éxitos” del disco doble que anda entre los demás discos de nuestra completa discoteca familiar. Espero que Santa Cecilia y Xochipilli, ambos patronos de la música en distintos barrios, nos proteja y nos guíe en nuestro oscuro camino que se nos presentará.