Diversos quehaceres en Lake Tahoe

Ayer vi una película luego de no hacer gran cosa en lo que va del año. Y si me refiero a gran cosa en lo que va del año es aquí, en el blog, pues en otros ámbitos de mi vida he andado, según yo, bastante activo. O eso quiero creer. El taller de Yerbabuena, se volvió el taller de casa o en eso anda. Estoy, con ayuda de R. y de M., terminando el tejado donde los muebles se van a hacer. Es en la parte trasera de la casa y habrá espacio y mucho aire y sobre todo mucha luz solar. He escrito poco pero he leído y visto películas entre el tiempo que me da el trabajo de electricista/carpintero/albañil/plomero/pintor aparte de mi supuesto  trabajo de asalariado donde las cosas cada vez están peor. Ayer la película que vi fue Lake Tahoe, del mismo director que hizo Temporada de patos.

Lake Tahoe me gustó mucho. Es de esas películas que tienen su propia velocidad y hay pocos diálogos. Se me figuró cuando la estaba viendo cierta conexión con Kim Ki Duk (yo y mis figuraciones, ya se sabe), el también joven cineasta oriental. Sobre todo porque los personajes de Lake Tahoe casi no hablan.

La película la encontré en copia 100% pirata en el mercado Cañitos, lugar a donde vamos cada fin de semana R. y yo a comprar queso, fruta, verdura y alguno que otro antojo. Como en todos los tianguis que he visitado, en Cañitos hay de todo. Desde ropa usada (o seminueva), herramientas, puestos de comidas, carnicerías, venta de pájaros y otros animales, pan, jugos, jaulas, ropa para dama y caballero, pásele pásele. Pues cuando vamos yo le caigo directamente a unos puestos de libros usados (o seminuevos) y hay cada cosa que uno pesca que por eso ya no voy a la Gandhi. En un puesto de música y videos encontré Lake Tahoe, que puedo decirlo así, para que vean hasta donde me ha gustado, se ha vuelto de mis favoritas en cuanto a cine mexicano que siempre está de capa caída. Temporada de patos me había gustado mucho cuando la vi. Pero este nuevo trabajo de Fernando Eimbcke me parece extraordinario. Es una película que señala, como todos los verdaderos artistas, algunos misterios de la vida. El encanto o el desencanto de los misterios de la vida. Es una película que cuenta más cosas de las que se cuentan ahí. Hay humor y humanidad. Hay complejidad y sencillez. Hay hondura donde parece que hay superficialidad. Hay, para no seguir, como en el tianguis, de todo un poco. 

Cuando compré la película la muchacha que atendía el puesto tenía en su DVD un disco de K-paz de la Sierra, a todo; le dije que me probara la película, ya que varias veces me ha pasado que la película que quiero viene cambiada. Quitó el disco de K-paz (ai nomás) y puso la movie. Una escena: cámara fija: un chavo caminando por una calle. Le adelantó porque no hablaba con nadie el personaje. La muchacha del puesto saltó varias escenas buscando alguna donde evidentemente hubiera diálogos o interacción. Otra escena: cámara fija: un chavo y una chava sentados en el umbral de una refaccionaria. Ella fumando. El mirando. Cero diálogos. La muchacha de los videos le subió al volumen del ampli, pensando que le había bajado y por lo tanto el sonido ambiental de la película no se escuchaba. Saltó de escena. Cámara fija: Un muchacho corriendo detrás de un perro. Pasa un coche y, por fin, se escucha el sonido del coche. La muchacha de los videos me volteó a ver con cara triunfal y me dijo: ya vio que sí se oye. Quitó la película aliviada. Pagué y me fui caminando, contento con mi película, en busca de mi mujer por los pasillos del mercado, un domingo luminoso de silencios.