domingo, 7 de febrero de 2010

Abajo suena, desde temprano, los pasos hacia la cocina, el baño, el patio donde la lavadora sacude la mugre de la ropa. Suena el exprimidor de naranjas y, también, mandarinas y de golpe, hasta acá arriba, el aroma de esos frutos, el amarillo solar y fresco del jugo. Es domingo y suenan pájaros dominicales, suenan camiones lejanos y solitarios allá en la carretera. Es domingo y me acabo de sentar al sol que esta semana brilló por su ausencia. Mañana debo ir a ver lo de las clases de violín, me digo, y luego me digo, deja de hacer planes y me hago caso este domingo. Hoy no hablar de eso aunque sea bueno. Hoy no atarse a la bruma de los cabos sueltos. Dejarse llevar por el cauce tibio de este día, por las lecturas y la escritura de lo que se aparece. Sentirse bien, sin acomodos con la velocidad. Arriba, acá, en el tapanco donde habitan los libros, en el ático (me gusta esta palabra) donde la guitarra descansa agradecida, donde el violín sonará, donde algunos versos relumbran como descargas eléctricas, donde lámparas, un sol huichol, un amonite encontrado en el mar del Golfo, una pequeña banca reconstruida y traída del cerro del Culiacán, una botella verde vacía que no deja su transparencia de preguntarme dónde habré quedado… donde todo esto, pues, parece estar en su lugar a pesar de mi desorden. Donde ahora, acá arriba o en la música del sótano, estoy en todas partes, este domingo en mi casa, como si estuviera, digámoslo así, como en un libro de Sam Shepard, atravesando el paraíso.

2 comentarios:

mar dijo...

Ya te extrañaba... espero las historias de un violín.

sergio luna dijo...

ya no hubo cupo para violín. ahora de aquí a junio, puras maracas. trompi.

Imágenes desde el taller

www.flickr.com
Éste es un módulo Flickr que muestra fotos o videos públicos de Imágenes desde el taller. Crea tu propio módulo aquí.

Archivo del blog

FEEDJIT Live Traffic Feed