Será el tiempo de la mansedumbre, el tiempo de la música que apacigua las orillas del fuego de la vida secreta. Será el aire fresco en el que amanece con el ruido que barre los sueños. Será, se pregunta, la corriente tersa, sin turbulencias, de todo camino.
¿Quién ha de saberlo a estas horas, a las que sean?
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